El bosque seco tropical de América Central, el principal hábitat de D. retusa,han estado sometidos a influencias humanas de modificación de la cubierta vegetal por lo menos durante 11.000 años (Murphy & Lugo, 1995). La conversión de bosque seco tropical en tierra agrícola y de pastoreo se ha producido a altas tasas por los últimos 400 años (Maass, 1995). En la actualidad, la relativamente alta densidad de la población, somete al ecosistema a una presión masiva, por lo que la mayor parte del bosque sobreviviente ha resultado afectado por la extracción de árboles y el pastoreo del sotobosque (Murphy & Lugo, 1995) y se considera al bosque seco, el ecosistema tropical principal más amenazado, con menos del 2% intacto (Janzen, 1988); y es menos del 0,1% del bosque seco original que se encuentra en estado de conservación en la vertiente del Pacífico de Mesoamérica (Maass, 1995).
Según Belteton (2016, siguiendo a Standley & Steyermark, 1946), D. retusa antes se distribuía ampliamente en las planicies costeras en las regiones de Pacífico Sur de Guatemala pero, después de las últimas exploraciones, solo se ha encontrado una población de esta especie en Suchitepéquez (48 árboles) y unos pocos árboles dispersos en Santa Rosa y Escuintla.
Según revisión de Belteton, en Costa Rica,D. retusaes reportada para el bosque seco de la Provincia de Guanacaste; en las áreas más secas de la Península de Nicoya, en las Áreas de Conservación Guanacaste (Parque Nacional Santa Rosa y Parque Nacional Guanacaste), Área de Conservación Tempisque (Parque Nacional Palo Verde, Reserva Biológica Lomas de Barbudal) y en el Área de Conservación Pacífico Central (Refugio de Vida Silvestre Curú) y en el Centro Ecológico la Pacífica en Cañas. Se localizaron y eoreferenciaron 1,213 individuos de D. retusa, que equivale a una densidad poblacional de 0.79 ind / Km, en su área de distribución natural; en la clase de 10- 19.9 cm se ubican el 51% de los individuos, para la clase de 20- 29.9 cm está el 21.6%, para la clase de 30- 39.9 cm se ubican el 10.7%, entre 40- 49.9 cm un 3.7%; los individuos entre 40 y 70 cm son sobremaduros; al mantener una tendencia de curva de distribución diamétrica en forma de una J invertida, asegura el éxito en su mantenimiento (Belteton, 2016).
Las poblaciones no son estables y son ecológicamente vulnerables en Costa Rica, lo que no permiten su comercialización y por ende afecta su conservación, protección y manejo, debido a las políticas nacionales e internacionales. Se considera vulnerable (Lista Roja UICN VU A1acd) y aunque no está en peligro crítico, podría llegar a estarlo en el mediano plazo si no se toman las medidas de conservación necesarias (Belteton, 2016).
En Nicaragua (Figura 15) hay D. retusaen diferentes localidades, especialmente en el Bosque Deciduo y en las Sabanas de matorrales en las zonas secas de: Villanueva, El Sauce, San Juan de Limay, Pueblo Nuevo, Somoto, Estelí, Rivas, Carazo, Boaco, Morrito, y en el Bosque Semideciduo El Almendro. Aunque no han sido estudiadas, por lo que se puede notar en el campo es que sus poblaciones tienen alta frecuencia de individuos de las clases diamétricas entre 10 y 20 cm, menor número entre 20 y 30 cm y muy pocos individuos en los diámetros mayores; estos últimos debido a que han sido recién extraídos para el comercio ilegal. Se podría concluir que la situación es similar que en Costa Rica sin embargo con una política y normativa menos consistente.
La especie D retusa,se introduce naturalmente en ciertos sectores del trópico húmedo por ejemplo en el Petén, Guatemala, Alamikamba y Nueva Guinea en Nicaragua, en muchos sectores de Panamá.
En Guatemala, según Belteton (2016), solo se han encontrado árboles dispersos de D. glomerata (D.
tucurensis)en los departamentos de Alta Verapaz y Quiché.
En los últimos años D. tucurensissensu latus en la vertiente del Caribe de Nicaragua ha sido muy
demandado en el comercio de maderas preciosas y es raro encontrar individuos de buen fuste, la
mayoría de lo que queda son árboles jóvenes: latizales y brinzales. El avance de la frontera agrícola va afectando las poblaciones de D. glomerata,la presión de los pastizales, parcelas de cultivos, plantaciones de Caña de Azúcar, de Palma Africana, de Teca y Melina.
Según Belteton (2016), las especies D. retusa y D. glomerata (D. tucurensis) son las más extendidas
en Honduras, principalmente en la región atlántica y el altiplano semi- seco o regiones montañosas. No hay estudios específicos sobre la situación de las poblaciones de estas especies. Sin embargo, en Honduras se identifica que la mayor amenaza para la supervivencia de las especies es el cambio de uso de la tierra (es decir, la conversión de bosques a ganadería y plantaciones de palma de aceite).
De D. calycina,en Guatemala solo se ha encontrado una población aproximada de unos 100 árboles en Santa Rosa (Belteton, 2016). En Nicaragua algunas decenas de árboles dispersos en los cafetales y acantilados de El Crucero, Managua y otras decenas en algunos sectores de Matagalpa y de Jinotega. Es posible que en algunos cafetales haya sido eliminado pero, es un árbol que puede integrar el sistema de sombra de los cafetales y tener doble finalidad.
En el Frente Transversal Norte (FTN) y Petén en Guatemala, hasta el momento, se han encontrado pocas (solo 4) poblaciones de D. stevensoniicon un rango de 44 a 800 árboles (Betelton, 2016). Igual que D. glomerata (D. tucurensis), puede ser afectado por el avance de la frontera agrícola.
Fuente : Biología y silvicultura de las especies de Dalbergia en America Central. Alain Khiem Meyrat. Julio 2017.